En esta entrega de Huellas Musicales, rememoramos una de las canciones más representativas de la tecnocumbia ecuatoriana: “El Baile del Pimpollo”, de Sharon La Hechicera. A más de dos décadas de su lanzamiento, el tema continúa siendo un referente de la cultura popular nacional y símbolo del legado de una artista que rompió moldes en la industria musical.
¿Quién fue Sharon La Hechicera?
Nacida como Edith Rosario Bermeo Cisneros el 28 de marzo de 1974 en Guayaquil, Sharon creció en el cantón Durán, donde desde niña demostró un talento innato para el canto. Con formación en canto lírico y estudios de actuación, logró una fusión única entre la tecnocumbia y una imagen provocadora que no pasó desapercibida. Su estilo rompedor, cargado de energía escénica y sensualidad, la convirtió en un fenómeno mediático y musical desde finales de los años 90.
Durante más de dos décadas, Sharon conquistó escenarios con temas como “Corazón Valiente”, “Ámame Suavecito”, “Hechizo Latino” y el inolvidable “El Baile del Pimpollo”, que consolidó su lugar como una de las máximas exponentes de la tecnocumbia en Ecuador.
“El Baile del Pimpollo”: una revolución en el género
Lanzado en 2004 como parte del álbum Hechizo Latino —grabado en Argentina bajo el sello Leader Music—, “El Baile del Pimpollo” fue un éxito instantáneo. Su ritmo contagioso, su pegajosa coreografía y la presencia arrolladora de Sharon lo convirtieron en un himno de la tecnocumbia moderna.
Vestida con faldas cortas, botas altas y una actitud desafiante, Sharon no solo marcó tendencia en la moda y la estética del género, sino que también abrió puertas a nuevas formas de expresión dentro de la música tropical.
Gracias a este tema, su proyección internacional creció, llevándola a escenarios como El Show de Cristina en Miami y Videomatch en Argentina, donde representó con orgullo a la música ecuatoriana.
Más allá de la música: empresaria, visionaria y símbolo
El impacto de Sharon no se limitó al ámbito artístico. Fue una empresaria audaz, fundadora de agrupaciones como Leche y Chocolate, y una figura mediática que supo conectar con distintas audiencias. Su carisma, determinación y capacidad de reinventarse la mantuvieron vigente por años, incluso ante las críticas y los estigmas.
A lo largo de su carrera, rompió esquemas, desafiando estereotipos de género y convirtiéndose en un ícono para muchas mujeres dentro y fuera del escenario.
Un final trágico que conmocionó al país
El 4 de enero de 2015, Ecuador se estremeció con la noticia del fallecimiento de Sharon, cuyo cuerpo fue hallado en la comuna San Pablo, provincia de Santa Elena. Las circunstancias iniciales fueron confusas, pero pronto se confirmó que fue víctima de feminicidio, un crimen que encendió la alarma sobre la violencia de género en el país.
Su muerte dejó una profunda huella en la sociedad ecuatoriana. Su caso visibilizó una problemática urgente y fue clave para fortalecer el debate en torno a los derechos de las mujeres y la necesidad de erradicar la violencia.
Un legado que vive en la cultura popular
Hoy, Sharon La Hechicera sigue viva en el recuerdo de todos.. “El Baile del Pimpollo” no ha perdido vigencia: su coreografía es replicada por nuevas generaciones en plataformas como TikTok, y su música sigue sonando en fiestas, radios y playlists nostálgicas.
A una década de su partida, su legado artístico y humano permanece. Sharon no solo hizo historia como cantante, sino como una mujer valiente que abrió caminos en una industria difícil y se convirtió en un ícono cultural del Ecuador.