En el marco de su segmento Huellas Musicales, Ecuraíces revive la historia de uno de los grupos que marcaron un antes y un después en la tecnocumbia ecuatoriana: Yerba Buena.
Fundado en el año 2001, el grupo Yerbabuena irrumpió en la escena musical del país con una propuesta innovadora que fusionaba la tecnocumbia con ritmos tropicales como el merengue. Su primer álbum, titulado Yerba Buena… Para Ti, no tardó en sonar en radios, fiestas populares y escenarios a nivel nacional, llevando alegría y ritmo a miles de ecuatorianos.
La agrupación estaba conformada por Enrique Contreras, quien fue la voz principal del grupo, y por Jen Loor y David Espinel, responsables de los coros y las coreografías que animaban cada presentación. Juntos, lograron una fórmula explosiva que no solo triunfó en Ecuador, sino que también cruzó fronteras, llegando a países como España y Estados Unidos, donde sus canciones acompañaron la nostalgia de muchos migrantes ecuatorianos.
Uno de sus mayores éxitos, “Boquita Pintada”, se convirtió en un himno para toda una generación. La canción, tuvo un significado especial para quienes se encontraban lejos del país: era un pedacito de Ecuador que sonaba en cada fiesta, reunión o momento de añoranza.
Hoy, más de dos décadas después, Yerba Buena sigue siendo recordado como uno de los grupos que dejó una huella imborrable en la memoria musical del Ecuador. Desde Huellas Musicales, celebramos su legado y el poder que tiene la música para conectar a las personas con su tierra y su historia.
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