Dos obras ecuatorianas se adentran en la memoria urbana y en los ciclos naturales de los Andes para revelar realidades marcadas por el paso del tiempo, la identidad y el cambio climático.
Dos obras ecuatorianas se adentran en la memoria urbana y en los ciclos naturales de los Andes para revelar realidades marcadas por el paso del tiempo, la identidad y el cambio climático.